jueves, 4 de noviembre de 2010

LANZAROTE

La isla de los "volcanes"........y si... como no compartir toda mi pasión,locura y fuego en una isla tan maravillosa como la que voy a tratar de describirles.
Tan diversos contrastes se aprecian como cada una de sus rocas volcánicas,las playas de arenas de cenizas y arenas blancas,cada una de sus calas,esa elegante fauna y flora,con su agricultura tan peculiar.......tantas cosas que nos invita a viajar,descubrir,admirar,perderse y estremecerse.
También hay que nombrar la armonía entre el arte y la naturaleza que nos regalo ese pintor,escultor,arquitecto y artista.........Cesar Manrique.
Su buena temperatura la hace aun mas acogedora a esta isla,eso si,con la compania de unas ricas papas al mojo picón y sus respectivas birritas.
Para terminar mi breve homenaje a esta gran isla del archipiélago canario,les voy a escribir una linda historia que alguna vez leí y se la regale en símbolo de mi amor para siempre a la personita mas especial que encontré en esta vida.

La Leyenda de la Olivina en Lanzarote


Hace muchos años,cuando la tierra de Lanzarote aun estaba caliente por el fuego de los volcanes,los campesinos hacían vida a la orilla del mar buscando el zócalo de los acantilados y la brisa del mar.
Y era de todos conocido que las mejores cabras las tenia Tomas el viejo,que vivía mas allá de las playas de papagayo,en el macizo de puerto Mulas.
En verano su nieta Olivina,una adolescente de piel morena tostada al sol y de ojos verdes,pasaba con el los días para ayudarle a ordeñar al ganado y en las tareas de la casa.
La niña era bastante despistada,pero lo suplía con un especial encanto que maravillaba a su viejo abuelo.
Todas las mañanas Tomas salia por la vereda del risco y se llevaba a sus cabras a pastear a los lugares mas recónditos para que se criaran fuertes y sanas.Pero uno de esos días el sol de la isla pudo con el hombre y llego a casa antes de lo previsto con una fuerte insolación.
Olivina cuido de el mientras mejoraba.
A pesar de lo mal que se encontraba Tomas el viejo,las cabras debían seguir pastando o si no también enfermarían por las altas temperaturas.
Tomas,en otra circunstancias no habría permitido que Olivina saliera de casa con las rumiantes,pero no quedaban mas opciones.Así que advirtió a su nieta: "queda en tu mano cuidar a las cabras,no permitas que le pase nada a ninguna".
Dicho esto,Olivina se preparo e hizo el mismo recorrido que su abuelo hacia cada día.
Durante el camino,Olivina se entretuvo buscando flores para llevárselas a su abuelo y también en encontrar otros y mejores llanos para que pastaran los animales.Ahora bien,sus descuidos con los animales no trajo ninguna consecuencia,pero cuando llego el momento de la bajada,con el recuento,echo en falta a una de las cabras.
De pronto la vio subida en un desfiladero de rocas sin poder moverse.
apresuro el paso tentando la caída varias veces y agarro una de las patas del animal,pero este se asusto y cayo por el precipicio.
Olivina estaba totalmente paralizada,pero sabia que debía correr a guiar al resto de las cabras.
Cuando llego a la orilla del mar se puso a llorar desconsoladamente lagrimas verdes.Lagrimas verdes que el mar recogía en forma de gotas que no se diluían en el agua salada.
La estampa fue presenciada por un grupo de gaviotas que eran guardianes del cielo de la diosa Timanfaya.
Aturdidas por el sufrimiento de la niña descendieron de los cielos para coger en sus picos las pequeñas lagrimas.Con las lagrimas en los picos,Timafaya las hizo llamar y les pidió que las sepultaran en las piedras volcánicas,esas lagrimas verdes que eran sinónimo de dolor.
La magia ocurrio cuando piedra y lagrima se unieron,formando lo que hoy conocemos como olivina,que no es otra cosa que la mezcla de la tierra y el ser humano...